Cuando me muevo por el entorno natural de la Comunidad de Madrid me da pena ver como se le falta al respeto a nuestro más preciado bien, constantemente, año tras año, día tras día... sin parar. Un inquietante y continuo trasiego de gente que "adoran" pasar unas horas en nuestros parajes desconectando de sus actividades diarias, paseando, comiendo, bebiendo, ejecutando su comunión con la naturaleza, pues hoy en día y yo lo celebro, lo que más mola es ser sano, deportista, senderista y amante de la naturaleza. Así queda reflejado en todas las redes sociales con selfies contando en que lugar maravilloso han estado pasando unas horas o el fin de semana.
Lo que también queda reflejado en nuestro entorno, por desgracia, es un repugnante "campo de minas" de diversos deshechos en forma de botellas, plásticos, bolsas de excrementos de perros en el suelo en mitad de un pinar!!!. Señoras y señores, lo que contamina es la bolsa no la caca de nuestros perros!!!.
Me da pena ver como pescadores "amantes" de la naturaleza dejan sus latas de alubias y cervezas en la orilla o en el agua de nuestros embalses y ríos. Señoras y señores pescadores!!!, ya no solo están atentando contra el medio ambiente, también contra el agua que todos bebemos incluidos ustedes.
No me malinterpreten, pues no toda la gente que visita nuestros bosques, ríos o embalses son unos desagradecidos invitados que te dejan la casa llena de basura, no es así. Por eso sigo creyendo en el ser humano, en la naturaleza y la conexión de ambos. Sigo creyendo en un entorno limpio, sostenible y rico en biodiversidad.
Por favor dejemos que la vida se abra paso, respetemos nuestro entorno natural, porque es un bien común de incalculable valor. Puedo asegurar que la vida se abre paso sea como sea, incluso en el pequeño rincón al que la hemos desplazado. Eso me enseño este pequeño árbol creciendo en su minúscula parcela del río Manzanares en Madrid.
Foto: "Vida".